“Colombia puede llegar a tener el peor neocomunismo de la región porque el doctor Petro es mucho más inteligente que Chávez, mucho más inteligente que Castillo (presidente de Perú), que el presidente Fernández de Argentina. Por eso yo he dicho muy reflexivamente que el maestro no fue Chávez, fue Petro quien enseñó a Chávez”, disparó Uribe, empeñado en sacar a la luz el polémico romance político entre ambos, cuya pasión al parecer se redujo en parte con la llegada al poder de Nicolás Maduro.
Tanto Petro como su vicepresidenta, Francia Márquez, negaron durante años la infernal crisis humanitaria en el país vecino y ridiculizaron a quienes confrontaban al chavismo cuando su país ya recibía a dos millones de venezolanos huidos del hundimiento de la revolución. Petro, incluso, viajó a Caracas y en uno de sus paseos revolucionarios y fotografió un exuberante supermercado de los jerarcas bolivarianos para negar en sus redes sociales que el país sufría hambre por el desabastecimiento alimentario. “Entré en un supermercado en Caracas y miren lo que encontré. ¿Me habrá engañado (el canal) RCN?”, se mofó el exguerrillero, quien tampoco se perdió en 2013 el funeral del caudillo chavista.
El líder izquierdista no ha dudado en proteger a la senadora Piedad Córdoba, vocera de Maduro en Colombia, quien facilitó el desembarco del Alex Saab en los círculos del poder hasta que a base de negocios sucios y corruptelas convertirlo en millonario, en el principal operador internacional de la revolución y en presunto testaferro del “hijo de Chávez”. También abrió la puerta de su propia corte a consejeros de Chávez, como el español Juan Carlos Monedero (cofundador de Podemos), y de Maduro, como otro español, Alfredo Serrano (al frente del Celag con sus encuestas siempre a favor de su jefe).